domingo, 28 de agosto de 2011

Yo, yo misma e Irene



Ayer, de madrugada, Irene llegó a Connecticut. Eran las 4,30 cuando comencé a escuchar un sonido brutal, diferente. Era como si de repente el viento hubiera comenzado a enfadarse y a querer golpear con fuerza los árboles, las hojas, las ventanas de la casa.
La oscuridad era total. Y cuando quise dar la luz para levantarme y mirar por la ventana, me dí cuenta de que la amenaza de que se iría la electricidad se había cumplido.
Así que, descalza y algo desorientada, me dirigí hacia una de las ventanas. Y lo peor es que apenas se veía nada. Hoy tenemos luna nueva así que ni siquiera un rayo de luna podía venir en mi ayuda. Sin embargo y con poca esperanza, me puse a mirar por la ventana. Y lo curioso es que, sin ver nada, podía imaginar los troncos de los árboles cimbreándose, las hojas huyendo de los setos, la lluvia golpeando los cristales. Y todo lo veía sin ver. Era tan fuerte el sonido de ese ruidoso silencio que permitía reconstruir toda la escena.

En ese momento sentí en el estómago un golpe de miedo. Por estar en un lugar en al que, aunque amo, no pertenezco, por estar viviendo una situación diferente, por estar más cerca de la naturaleza que nunca. Así que, como si tuviera 5 años, decidí meterme en la cama y taparme con la colcha, y pensar que todo pasaría pronto, que los árboles eran tan fuertes que Irene no podría con ellos, que los vientos eran tan rápidos que se irían con el primer rayo de luz.

Soñé con duendes, bosques y trasgos. Y ellos me ayudaban en un viaje que quizá aún tenga que definir. Y consiguieron que olvidara ese ruido que se quedó metido en mi cerebro como si fuese una de esas canciones de moda que no puedes dejar de canturrear…

Y al amanecer, salté de la cama y de nuevo miré a través de las ventanas. El panorama, aunque igual, parecía diferente. Los árboles bailaban armoniosos al son de viento, equilibrados, armónicos, como si se tratara de un equipo de natación sincronizada. La lluvia caía fuerte, continua, haciéndole los coros. El día estaba gris pero claro. Irene no está. Irene se fue. Irene esta lejos de mi vida…

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