domingo, 29 de noviembre de 2009

black friday II

Para los no iniciados, voy a intentar explicar lo que es la experiencia de un black friday en Estados Unidos. Tradicionalmente, este viernes posterior a thanksgiving es el día de las ofertas. Parece ser que todos los centros comerciales, tiendas e incluso sitios virtuales aplican unos descuentos mucho más altos de los que se hacen en otras epocas del año.

Para que os hagais una idea, en Target ofertaban un portatil HP con buenas características técnicas que puede tener un precio de unos 700 dólares, por 199. Y la playstation III cuyo precio es de unos 300 $, estaba rebajada a 199 e incluía tres juegos y un sistema de dvd especial.

Claro que yo, acostumbrada a las ofertas del media mark, estaba entre escéptica e incrédula suponiendo que, igual que cuando llegas al media mark la oferta está caducada, o eran tres unidades o no correspondía a lo anunciado en el folleto. Pero aquí me garantizaban que, aunque se tratara de unidades limitadas, iba a haber muchas.

Así que como Stephanie queria una PSIII y yo comprar la cámara de Silvia, nos pegamos el super madrugón para estar a las cuatro y media en walmart.
Nos levantamos de noche profunda, con lluvia y viento y maldita la gana que tengo de ir, pero me sabe mal perderme ni una sola experiencia aquí, aunque para ello me cale. Así que recogemos a Steph y a las cuatro y media estamos en la tienda.

La visión impacta. El gigantesco parking lot está a rebosar y tenemos que aparcar lejos de la entrada. El viento casi hace girar los paraguas y añadiéndonos a un grupo de oscuro (casi parece la noche de los muertos vivientes) nos ponemos en una de esas colas que los americanos organizan tan bien, una de las que hace eses que inventaron en Disneylandia...

Una de las cosas que me impactan es que las personas que están organizando la cola sonríen y te dan los buenos dias y te desean una excelente jornada de compras. Al igual que los que organizan la cola dentro y te buscan los productos. Ni una mala cara, ni sueño, ni desatención al cliente. Esta es una de las areas de las que deberiamos aprender nosotros. Para todos, y a pesar del madrugón, parece una jornada de fiesta.

En la tienda colas interminables bien organizadas por sectores y gente comentando la jugada (aquí la gente habla mucho en las tiendas, es muy curioso)
Compramos la PS III de Steph (hay unidades!!), un guitar hero, mi cámara y otra que compro porque es muy barata y salimos bajo la lluvia al siguiente destino, el radio shack, donde le compro a una dependienta que parece Bambi un móvil y nos damos cuenta de que en esa tienda el único que va a conservar su empleo en las siguientes semanas es un tal Ken porque el resto son un pelin torpes...

Tras la dura jornada de compras, alrededor de las 7,30 decidimos irnos a desayunar. Y como aquí no hay vips, nos vamos al Laur's


Al entra, de nuevo, me siento como si entrara en una peli, esta es como el restaurante de "Alicia ya no vive aquí", un lugar coqueto, con pocas mesas, una barra con taburetes altos y adornada con algunas calabazas resto de Halloween.

En una mesa, tres respetables abuelitos charlando, como si acabaran de volver de una jornada de pesca, relajados y compartiendo uno de esos instantes especiales.

Nosotras nos sentamos en la mesa de al lado y pedimos cada una una cosa diferente. Yo me decanto por una tortilla de queso y un zumo (el café de aquí es un infierno), Sue toma huevos revueltos y Steph una especie de plato combinado.

Todo está muy rico y nos hace que mejore el estómago tras el madrugón. Aunque a pesar de ello, volvemos a casa y como las camas nos tientan, decidimos rematar la jornada en brazos de Morfeo...

viernes, 27 de noviembre de 2009

Black friday

Son las tres y media de la madrugada y acabo de salir de la ducha. Me voy con Sue y con Stephanie de compras. Es el black friday. Isn't it incredible???

jueves, 26 de noviembre de 2009

Thanksgiving day


Ayer era el gran día. La fiesta esperada durante todo el año, esa en la que las familias y los amigos se unen frente a un pavo para dar las gracias, sobre todas las cosas, por estar juntos.

Y lo primero que hicimos nosotros fue desayunar en familia. Un típico desayuno americano con tostadas francesas (qué paradoja, verdad?), salchichas, huevos revueltos y zumo de naranja.

Y tras este energizante desayuno, comienza la preparación de la cena... cena que sigue el horario habitual, o sea, que es a las cuatro de la tarde...
Eric lidera el proyecto pavo, así que nosotros simplemente seguimos sus órdenes: yo desmenuzo el bizcocho para el stuffing (?), pelo patatas y cebollas mientras él hace el relleno, coloca el pavo en la rustidera y controla el tiempo. A Sue le toca hacer de pinche.





A las tres y pico comienzan a llegar nuestros invitados: Emily y su chico, Jill con su familia, Delia y Franz y los invitados especiales: David y Stephanie que traen una tarjeta de Thanksgiving muy especial... la foto de la primera ecografía del nuevo Collins que vendrá a este mundo. La noticia revoluciona el día y a partir de entonces nos envolvemos en una conversación sobre bebés, embarazos, síntomas... y sobre todo el primer regalo que según David debería tener su hijo: la Playstation 3...

Brad prepara la mesa en la planta calle, o sea, en el apartamento de Cecilia, la abuelita de Eric. Tiene un salón con un mirador maravilloso, y a pesar de que el día amaneció lloviendo, parece que va a mejorar.
Aprovechando el respiro que nos da el tiempo y que el cielo se ha puesto maravilloso y la luz es dorada, salimos a hacer una foto de grupo. Sale razonablemente bien y después de hacer alguna otra foto aprovechando la luz, volvemos a la tarea.



Aquí la comida no se pone en la mesa (salvo alguna guarnición), sino que se situa en una mesa en un lado y cada uno se pone lo que quiere. Yo me pongo algo de pavo, unas zanahorias al horno, un poco de puré de calabaza, otro poco de puré de calabacín, unas cebolletas con crema y el relleno del pavo que no lo meten detro (aquí lo llaman stuffin'). Todo muy rico y mucho más suave de lo que yo imaginaba.




Para los postres subimos a la planta de arriba. Allí tenemos pastel de calabaza, tarta de Cramberries, una especie de Tiramisú (tengo que confirmar el nombre) y alguna otra cosa. Yo ni los miro, el resto los atacan (deben estar más acostumbrados a dejar hueco).

El resto de la tarde la pasamos charlando en el salón, riendo y disfrutando de la compañía. Vamos, como las fiestas en Madrid. Lo que no tengo muy claro es por qué, siendo algo tan de navidad, en esta casa no se juega al Cluedo...


Un día en la High School




El día previo a thanksgiving fue un día interesante. Sue me acerca a West Hartford, a la High School donde trabaja Eric para que conozca una típica escuela americana.
Lo primero que impacta es el tamaño de la High School y el cómo está organizada. Tiene tres plantas en forma de H. En cada planta hay un departamento y nosotros subimos a la tercera, donde está el de idiomas en el que trabaja Eric.
Allí todo el mundo me saluda en castellano y se escucha en las conversaciones del pasillo. Suena raro, pero es simpático.

Eric me presenta a sus compañeros y alguno de ellos me pide que intervenga en su clase. Puede ser divertido. De momento, me voy con Eric a la suya donde sus alumnos están viendo "mar adentro". Una vista general me dice que los adolescentes son de un estilo en cada lugar del planeta. En este incorporan la gorra al revés, los pantalones por las rodillas y las melenas imposibles. Por lo que respecta a actitud, estilo y espabile... absolutamente intercambiables por los madrileños.

Me quedo a la siguiente hora donde tienen que hacer una redacción sobre thanksgiving. Es un grupo de nivel cuatro, que parece ser que no tiene mucho dominio del idioma, así que les cuesta. Les soplo algunas cosillas y veo como las chicas -como en España- se lo curran más y son más aplicadas.

Después de la clase, Eric me lleva a una visita guiada por la High School, y veo departamentos de teatro y psicología, impensables en España y el gimnasio que es como el de las pelis de HSM I a III...
Coincidimos con algunos ex-alumnos. El día previo a thanksgiving son todos bienvenidos y muchos aprovechan para dar señales de vida. Hay -o parece haber- una relación relajada y fluida con los profes. Bien

Colaboro con otro profe en una especie de trivial en castellano y antes de que nos demos cuenta se ha terminado la mañana, así que nos vamos al Mall a comprar una fuente para el pavo. Al salir, cambiamos de planes ya que el paseo por el reservoir resultaría algo incómodo con la lluvia, así que nos vamos directamente a la casa de Guy, una compañera de Eric, profesora de francés que parece que necesita asistencia culinaria.

Ella vive en una casa maravillosa en la montaña, rodeada de un bosque. En el camino paramos a hacer algunas fotos a casas que me llaman la atención y a unos pavos salvajes que encontramos en un jardín. Sí, como los del farville. Sorprendente.



Eric prepara con mucha pericia el relleno del pavo, una pie de cranberries y deja todo listo para el horno. Mientras lo hace, Chester y yo le damos conversación y pelamos manzanas y judías . Cuando llega Guy ya está casi listo todo. En un momento determinado, sale al bosque con entrañas del pavo para dárselo a los zorros, algo que yo nunca haría... que susto más grande... Le acompaño y me dice que tiene un sitio especial donde deja la comida para que ellos la encuentren. Todo esto para una urbanita como yo es francamente diferente.
Compartimos con ella un chile asesino y salimos temprano.

Al terminar, nos vamos a casa de los Chester donde mi amiga Talia está encantada de verme. Pitufito se hace el interesante, aunque a la hora ya somos amigos. Después de cenar, nos vamos a un bar. Parece ser que la noche previa a thanksgiving es la noche de marcha oficial.

Bajo la lluvia llegamos a un bar con buena pinta. Nada más entrar en él me siento como Mark Hamill en la guerra de las galaxias cuando entra al bar donde la gente tiene dos cabezas, tres trompas y aspectos variopintos totales. En este veo varios hermanos travestidos de Cher, un grupo de fans de star treck con el corte de pelo de Mr Spock, negros enormes con camisetas de fútbol americano y cadenas enormes y respetables abuelitos que pareciera que acababan de llegar de pescar.

A pesar de la primera impresión, la música es buena. Y pronto nos bailamos todo. Nos encontramos a una amiga de Eric que a su vez va con dos amigos. Uno de ellos es como un joven Dustin Hoffman y no se pierde pieza.

Después de tomar mil cervezas y copas todos menos yo (el chile me ha asesinado y creo además, que es una buena idea que conduzca), de bailar sin parar y de corear exitos de los 80 y los 90, decidimos irnos. No sin antes observar como el joven Dustin Hoffman cada vez está más suelto. Tanto que casi me dan ganas de decirle lo mismo que a Cleve... don't jump!!!

martes, 24 de noviembre de 2009

Shopping day with Kerrie




Ayer amanecí temprano. Y nada más hacerlo y adivinar la luz tras los estores, los levanto y me vuelvo a meter en la cama a disfrutar de la vista. Es francamente agradable.

Kerrie vino prontito a buscarme. El día estaba feote, con lluvia intensa y temperatura baja, así que aprovechamos para ir de shopping. Antes de hacerlo, pasamos por su casa a recoger un cupón descuento para una tienda de deportes donde vamos a ir a buscar unas nike para mí. Al llegar, y a pesar de la lluvia, no puedo evitar salir del coche a hacer una foto a su casa. Es maravillosa y tiene un bosque que, despojado de hojas por el invierno, pareciera el lugar ideal para rodar una peli de la saga de "sleepy hollow".




Llegamos al Mall a la hora del lunch, y decidimos comer en un restaurante italiano estupendo. Hay dos cosas que sorprenden, al menos a mí (lo de los niveles de amabilidad de los camareros ya no me sorprende, viven de las propinas y dan lo mejor de cada uno)y son por un lado el que, aunque los manteles son de tela, el sobremantel es de papel, lo que no pega nada en este entorno... y por otro lado sorprende que el lugar es primoroso y sin embargo el precio es muy asequible (menos de 30 euros las dos propina incluida)



El restaurante tiene entrada directa al Mall, asi que nos disponemos a hacer la tarde. Nuestro primer destino es una de mis tiendas favoritas, el "bath and body works" donde invertimos ni sé el tiempo probando todo tipo de olores, de geles, de cremas... y salimos con sendas bolsas gigantes... lo ideal es empezar la jornada de compras cargadas... somos super listas...

Después pasamos por la tienda Disney donde por fin encuentro el perro de Up para Jimena y tras esto vamos a la Apple Store. La chica que me atiende me pregunta mi nombre y lo utiliza durante toda la conversación. Creo que esto no se estila en ventas de tiendas en España nunca, pero como cliente suena agradable.
Compro algunos ipod de encargo y ni siquiera tengo que ir a la caja. Una especie de datáfono donde firmo me trae el pago donde estoy. Desde luego, cómodo y eficaz.

Tras el Mall, vamos a varias tiendas de deportes donde, sin éxito, buscamos mis nike. Y, al final del día, y recordando muchisimo a Carmen, acabamos en Marshalls. No sé que me pasa en ese lugar pero me hace hiperventilar... hay tanto para ver y para comprar que llega a agobiar. Pero como gracias a la pastillita mágica de Sue he dormido 10 horas, tengo la fuerza suficiente para perderme entre percheros de ropa y coreando los villancicos de la banda sonora del lugar, para sorprenderme, una vez más, de los precios de aquí.

Salgo con una chaqueta clónica del pelo de Cleve y con la intención de volver el black friday de nuevo.

Cuando abrimos el maletero del coche nos damos cuenta de la inmensidad de la tragedia, así que decidimos que lo mejor es parar de comprar y tomarnos un vino con Sue... siempre nos saldrá mucho más barato...


lunes, 23 de noviembre de 2009

domingo, 22 de noviembre de 2009

De maletas perdidas, parques de bomberos y reuniones familiares


Mi primer día en Durham ha sido bastante entretenido. Llegué mucho antes de lo previsto al aeropuerto de Hartford (los vuelos fueron super puntuales y gracias a Jimena el transoceánico lo hice en fila 1 de envoy lo que equivale a venir durmiendo en tu propia cama). De hecho, llegué media hora antes de la hora a la que había quedado con Eric. Lástima que mi maleta se quedara en Filadelfia, porque si no fuese por este detallito, el día de viaje hubiera sido todo lo perfecto que puede ser un día que inviertes en cruzar un trocito de planeta.
Cuando voy a reclamar la maleta una señora muy amable me pide mi dirección para enviármela. Yo en ese momento y por intuición, no tengo ninguna duda de que me va a llegar. Esta maleta fue estrenada en India y se perdió a la vuelta en Londres, desde donde apareció. Este verano se perdió al volver a Madrid y apareció de nuevo. Y esta vez lo vuelto a hacer. Así que aunque es una maleta con tendencia al despiste, siempre vuelve... y eso está bien. La señora de USAir me pregunta si hay un lugar seguro para dejarla, como un porche o un garaje. Le digo que el garaje estará cerrado si no estamos y que el porche está abierto. Perfecto, dice, la dejaremos en el porche.
Pongo cara de momentoenelquemeheperdidoconelingles y le repito que el porche no es un lugar seguro porque está abierto, en el jardín. Me mira como si estuviera viendo una aparición y me dice que ese es un lugar seguro. Instantaneamente recuerdo que esto no es Madrid, sino Connecticut, donde uno puede dejar una maleta gigante (preciosa y de color berenjena, by the way) en un jardín sin que nadie la robe...
Llegamos a casa de Sue sobre las ocho. Me viene a dar la bienvenida, Clive, el nuevo perro de los Collins, de color arena, pelo largo y con un aspecto de peluche que me encanta. Después de los parabienes, alegrías y cena, me dispongo a habitar mi aposento.


Sue me ha dejado la tercera planta de la casa íntegra para mí. Lo que quiere decir que tengo un dormitorio maravilloso con cinco ventanales, una cama grande vestida con un edredón de flores diminutas, un sofá, tele y un closet estupendo. En mi planta hay igualmente otro dormitorio (por si invito a algunos amigos), un baño y un pequeño living donde tengo un despachito con ordenador. Fantástico todo. Sobre todo por el paisaje que se ve desde las ventanas, con maravillosos prados y casitas de juguete... un disfrute total.

Por la mañana luce un sol espléndido y este lugar se parece más aún al paraiso. Nos vamos a comprar una correa para Clive y de camino pasamos por el parque de bomberos. La última vez le dije a Harry, primo de Sue y bombero voluntario que me encantaría hacerle alguna foto a los camiones, así que para allá vamos.

Llegamos lo suficientemente tarde como para que Harry se haya ido, pero un par de hombres también bomberos voluntarios, amablemente nos dejan pasar y hacer fotos. La primera sorpresa es que el camión de bomberos es verde, la razón se la preguntaré a Harry en cuanto le vea. Hay varios camiones y uno de principios de siglo pasado, una reliquia y una belleza. Nos dice uno de los hombres que allí todos son voluntarios, y que el 70% de los bomberos de USA lo son, solamente los de las grandes ciudades son funcionarios y cobran. Esto sigue pareciéndome raro e imposible en España, donde este tipo de servicios a la comunidad no se conciben sin cobrar.

Nos llegamos a la tienda de mascotas y flipo. Puede haber algo así como cien modelos de correas, quince tipos de champú para perros, cincuenta juguetes de todo tipo, disfraces de papa noel, mil tipos de piensos, vacunas, de todo... Yo le digo a Sue que si me reencarno quiero ser perro en su casa o gato en la de mi amigo Michaval, algo mucho mejor que ser niño en India, desde luego...

Volvemos a casa donde tenemos merienda-cena familiar. Al llegar nos encontramos con la hermana de Sheila, la madre de Sue y habitante de la primera planta de esta casa, una octogenaria con un aspecto hiper juvenil, con vaqueros y corte de pelo a lo garçon que tiene una actividad que ya la quisieran muchos de cincuenta. El tema de la edad aquí es fascinante, desde luego...

Tras un paseito por el jardín con Cleve y Eric, cenamos (a las cuatro de la tarde!!) un menú tipicamente americano: Jamón asado, unos macarrones con queso pamorirse del gusto, ensalada de col y tarta de chocolate que trae Carrie (con ella vienen a cenar su marido y su madre, que con 92 años es una maravillosa artista que pinta, diseña joyas y hace unos quilts fantásticos).

Cuando todos se van nos quedamos Sue, Nancy y yo con un vinito charlando. Nos reimos, hablamos de todo y cuando les hablo de mi jet lag Nancy me pregunta si tomo algo. Me dice que ellas toman una pildora milagrosa que te dan sin receta (creo que una especie de antihistamínico) que me hará dormir toda la noche. Ella sostiene que hay dos cosas en la vida básicas y que curan todos los males: el vino y la dichosa pastillita.

Así que cuando me despierto a las tres de la mañana y veo la famosa pastillita en mi mesilla junto a un vaso de agua pienso que ellas sabrán que para eso son enfermeras. Y no sé si es por la sugestión o por los efectos de la pastilla, pero duermo el resto de la noche como un lirón. Y cuando me levanto, casi ni siento la sinusitis...




Say nighty-night and kiss me
Just hold me tight and tell me you'll miss me..