
Ayer domingo teniamos fiesta en casa de Nancy. Su suegra llegaba desde Florida para pasar unos días, así que en su honor se montó una de estas cenas que empiezan a las tres de la tardey a la que estabamos invitados unas 40 personas.
Antes de ir a casa de Nancy pasamos a ver la casa de Carrie. Una maravilla por la que se podría matar, una maravillosa casa en madera gris con dos alas separadas por un maravilloso living y dos edificios anexos en un bosque con 56 acres de terreno: Antes de irnos nos da una cosa para que se la demos a Nancy. Unas orejas de conejo, un collar para el cuello y alguna cosa más. Le pregunto qué es y me dice que Nancy le había prestado el disfraz con el que sorprendió a su marido en Halloween. El disfraz era de conejito del Playboy.
Obviamente que alguien se ponga el disfraz de conejita de Play boy para sorprender a su marido aun siendo original no es algo extraordinario. Lo que sí que me lo pareció (no solo extraordinario, sino maravilloso) es que alguien con más de sesenta años y más de treinta de matrimonio lo hiciera.
Y además de ser maravilloso nos dice que aquí no existen los complejos que existen en España con la edad. Aquí puedes ver a una respetable abuelita de las que en España estaría rezando a la espera de pasar a mejor vida con unos shorts y un t-shirt jugando al golf, viajando, conduciendo, paseando con sus amigas o subida en una noria. Sin complejos.
Y al final mi reflexión fue que yo quiero ser de esas abuelitas, la verdad.
Una abuelita como la suegra de Nancy, haciendo fotos con su cámara digital a todo lo que se le ponía por delante, en esa fiesta tan estupenda que le habían montado.
Precisamente en esa fiesta (muy diferente a las fiestas de casa también, aqui se pone la comida y se van sirviendo y sentando en todos los sitios de la casa, no hay que esperar a todos para empezar) aprendí una nueva palabra dentro de mi vocabulario inglés: cuchi coupon.
Y lo aprendí porque de repente, alguien se lo dijo a su pareja que parece ser que se había ido a hacer la compra solo y dejando que su santa durmiera. Como premio ella le dijo que le daba un cuchi coupon.
Parece ser que cuando tu pareja es majete y va a la compra, o limpia la casa (sin protestar) se le puede dar un cuchi coupon (o dos o tres dependiendo de lo que hayan hecho)
Supongo que no hace falta que traduzca el significado, solo decir que son acumulativos e ilimitados... y que tienen su gracia, la verdad.
Y aunque no sé si recordaré todo el vocabulario que estoy aprendiendo, me da que esta palabra tan simpática sí que la voy a recordar...
Uff he estado 15 días fuera y veo que has estado de lo más prolífica este tiempo.¡Este blog no para! :-) Bueno, ya me he vuelto a poner al día y he pasado la última media hora en Nueva Inglaterra contigo, disfrutando de todas esas maravillosas experiencias que nos cuentas.
ResponderEliminarUn beso enorme. Tu tb te mereces un Cuchi coupon :P
Jose
Tu querida hermana lo tradujo ayer como "cuchipunti". Me mola.
ResponderEliminarCreo que es una expresión a adoptar, sin duda.
ResponderEliminarY la traducción de mi hermana, brillante (y no es porque el cariño me ciegue...)
Ha degenerado: "chupipunti".
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