lunes, 17 de agosto de 2009

De los americanos, la edad y el cuchi coupon



Ayer domingo teniamos fiesta en casa de Nancy. Su suegra llegaba desde Florida para pasar unos días, así que en su honor se montó una de estas cenas que empiezan a las tres de la tardey a la que estabamos invitados unas 40 personas.

Antes de ir a casa de Nancy pasamos a ver la casa de Carrie. Una maravilla por la que se podría matar, una maravillosa casa en madera gris con dos alas separadas por un maravilloso living y dos edificios anexos en un bosque con 56 acres de terreno: Antes de irnos nos da una cosa para que se la demos a Nancy. Unas orejas de conejo, un collar para el cuello y alguna cosa más. Le pregunto qué es y me dice que Nancy le había prestado el disfraz con el que sorprendió a su marido en Halloween. El disfraz era de conejito del Playboy.

Obviamente que alguien se ponga el disfraz de conejita de Play boy para sorprender a su marido aun siendo original no es algo extraordinario. Lo que sí que me lo pareció (no solo extraordinario, sino maravilloso) es que alguien con más de sesenta años y más de treinta de matrimonio lo hiciera.

Y además de ser maravilloso nos dice que aquí no existen los complejos que existen en España con la edad. Aquí puedes ver a una respetable abuelita de las que en España estaría rezando a la espera de pasar a mejor vida con unos shorts y un t-shirt jugando al golf, viajando, conduciendo, paseando con sus amigas o subida en una noria. Sin complejos.

Y al final mi reflexión fue que yo quiero ser de esas abuelitas, la verdad.

Una abuelita como la suegra de Nancy, haciendo fotos con su cámara digital a todo lo que se le ponía por delante, en esa fiesta tan estupenda que le habían montado.

Precisamente en esa fiesta (muy diferente a las fiestas de casa también, aqui se pone la comida y se van sirviendo y sentando en todos los sitios de la casa, no hay que esperar a todos para empezar) aprendí una nueva palabra dentro de mi vocabulario inglés: cuchi coupon.

Y lo aprendí porque de repente, alguien se lo dijo a su pareja que parece ser que se había ido a hacer la compra solo y dejando que su santa durmiera. Como premio ella le dijo que le daba un cuchi coupon.
Parece ser que cuando tu pareja es majete y va a la compra, o limpia la casa (sin protestar) se le puede dar un cuchi coupon (o dos o tres dependiendo de lo que hayan hecho)

Supongo que no hace falta que traduzca el significado, solo decir que son acumulativos e ilimitados... y que tienen su gracia, la verdad.
Y aunque no sé si recordaré todo el vocabulario que estoy aprendiendo, me da que esta palabra tan simpática sí que la voy a recordar...

4 comentarios:

  1. Uff he estado 15 días fuera y veo que has estado de lo más prolífica este tiempo.¡Este blog no para! :-) Bueno, ya me he vuelto a poner al día y he pasado la última media hora en Nueva Inglaterra contigo, disfrutando de todas esas maravillosas experiencias que nos cuentas.

    Un beso enorme. Tu tb te mereces un Cuchi coupon :P

    Jose

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  2. Tu querida hermana lo tradujo ayer como "cuchipunti". Me mola.

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  3. Creo que es una expresión a adoptar, sin duda.
    Y la traducción de mi hermana, brillante (y no es porque el cariño me ciegue...)

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  4. Ha degenerado: "chupipunti".

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