jueves, 30 de julio de 2009

On the beach


Ayer amanecí temprano.
Eric escribió a Sue para decirle que me tenía que llevar a la playa y a comer a un sitio que le gusta mucho, y ella inmediatamente se puso a la tarea.
El tiempo aquí no estaba de rechiflar, pero pensé que mejoraría según llegase a Durham dondenormalmente es mejor. Pero... no fue así aunque a pesar de todo, ella agarró una especie de quilt para sentarnos en la arena, los bañadores y el bronceador (que no se diga que no somos gente positiva.

Recorremos las pocas millas que separan Durham del Hammonasset Beach State Park y antes de que me de cuenta estamos entrando en el parking, el trayecto se me ha hecho cortísimo, creo que si algún día sale el sol me iré a pasar el día allí.

Como hace mal tiempo y no nos vamos a quedar, le decimos a la chica de la garita de la entrada (una entrada con carriles como las de las autopistas de peaje) que nos deje pasar sin pagar los 7$ que cuesta dejar el coche allí. Ella nos dice que podemos pasar 15 minutos a echar un vistazo. Sue le dice que anote el número de la matrícula y ella dice que no, que no hay problema. Sue me comenta que se fia de nosotras por sus canas (yo pienso que aquí se fian todos de todos mientras no les demuestres lo contrario).

Carmen me dijo que aquí las playas son privadas. Este concepto que en España es inexistente y que además obliga a servidumbres de paso a fincas lindantes con la playa aquí es normal y parece ser que cada verano, motivo de polémica puesto que hay algunos que no son nada partidarios de no tener playas (lo normal). Por la tarde, de hecho, estuvimos conduciendo por la costa por playas preciosas a las que solo puedes acceder si eres vecino y pagas tu tasa correspondiente. Además, solo puedes ir a la playa que te corresponda, lo que yo creo que dificulta mucho que conozcas a nadie fuera de tu entorno. Al final, los habitantes de Connecticut van a acabar como los Borbones, con poca mezcla de raza ...

La playa de Hammonasset es una de las pocas donde los que no viven en el mismo vecindario pueden acceder. Y esto, en principio augura cienes de personas aquí. No las encontramos. Claro que puede ser porque el tiempo bueno bueno no es, pero sin embargo, cerca de la entrada vemos la zona de acampada con el cartel de "lleno total", así que la segunda razón debe ser que es tan larga que hay sitio para todos.

Según paramos para ver la playa, me doy cuenta de lo que echo de menos el mar. Siempre pienso que en otra vida debí ser pez, por muchos motivos, pero uno de ellos es que cada vez que meto los pies en el mar, me siento en casa.
La playa es bastante salvaje, con dunas, del estilo de la de Eastham en Cape Cod, y hay una zona en la que unos cuantos valientes se bañan. No podemos aguantar la tentación y metemos los pies y disfrutamos de ese momento tan agradable.

Detrás de la playa hay una explanada amplia, con unos postes gigantes de madera que Sue dice que son para las aguilas. Mientras nos limpiamos los pies para entrar de nuevo en el coche, hablamos con un hombre que piensa que el día es maravilloso para pasarlo en la playa a pesar de las nubes. Yo le digo que de donde vengo estamos acostumbrados a tener el sol en la playa. El me pregunta que de donde vengo y le digo que de España y me responde en correctisimo español que "a veces no hay quien aguante el sol allí". Sorprendida, le pregunto cómo es que habla tan bien español. Y me dice que es Español, que nació en Barcelona y que hace unos años que trabaja en Connecticut. Ya decía yo que tenía un aspecto diferente...

Después de la playa decidimos irnos de shopping y más tarde a comer al sitio recomendado por Eric, el Lenny & Joe's. Un lugar encantador, familiar y especializado en pescado, algo que echo mucho de menos aquí.

Llegamos al restaurante y la camarera saluda a Sue con un abrazo. Parece ser que es la mujer del handyman (el hombre que hace chapuzas en las casas) que a veces va a casa de los Collins.
Comemos una sopa de pescado para poner un piso al cocinero. Tras ella, un roll de lobster riquisimo con ensalada de col. Creo que es el día que más me ha gustado la comida desde que estoy aquí..
A la salida, desfalco el stand de las camisetas para que los niños vayan todos iguales de Lenny & Joe's que fijo que es un sitio que en Madrid no conocen y eso siempre mola...

Por la tarde y como estaba previsto, comienza a llover. Cenamos en casa de Sue con Owen y Nancy y me vuelvo porque parece ser que tengo un invitado para dormir. Cuando llego compruebo que está como en casa. Incluso se ha traido una nevera portatil para sus cervezas y una serie en DVD.

Hoy me voy a jugar a los chinos si me acerco a la piscina o no... parece que hay sol pero dan tormentas... el tiempo en Connecticut está loco loco...

1 comentario:

  1. Guapísima, qué viaje más mono me estoy haciendo de tu mano... claro que no acabo de practicar el inglés ese tan n ecesario pero me visualizo a tu lado. Me dá la impresión de que estás viviendo un magnifico momento. Te recuerdo, muchos besos y un gran abrazo, Begoña

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