sábado, 14 de agosto de 2010

Sometimes, a perfect day, appears


Durante toda esta semana he sido una fiel seguidora de el Weather Channel. A pesar de que el dicho reza: "Si no te gusta el tiempo en Nueva Inglaterra, espera media hora" y es bastante ajustado a lo real, yo esperaba ansiosa durante toda la semana que uno de esos dibujos de solsindudas apareciera anunciando un maravilloso día de sol.

Pues bien, después de varios días de nubes y claros, ayer, sin dudas, apareció el deseado icono. Y aprovechando que hoy tenía visita y que prefería llegar a casa tarde, esta mañana decidí el plan del día: playa + outlet + cine.

Pero como el hombre propone y Dios dispone, he recibido una llamada de Kerrie. Le propongo el plan y se apunta, así que quedamos en que la recojo y nos vamos hacia Hammonasset Beach, una de las playas semi-públicas de la zona (al menos, pagando, se puede entrar...)

Cuando llego al casoplón de Kerrie me la encuentro hecha un brazo de mar: modelo perfecto, pamela de mimbre, shorts blancos inmaculados... y una nevera con dos sandwiches para comer, cuatro cervezas, dos hamacas y toallas a tutti plen.

Así que pertrechadas con tamaño equipaje nos dirigimos a la beach. Está en un parque natural, así que es algo salvaje, hay que atravesar una línea de dunas para llegar a ella y está inundada de gaviotas gigantes que conviven cual estupendas vecinas de verano con los bañistas.

Como podeís imaginar, el día resulta perfecto, en la playa (salvo en las zonas de las barbacoas y los servicios centrales donde por supuesto no nos situamos) aunque hay bastante gente, al ser tan grande estamos más repartidos que la pedrea de navidad y además, como aquí la gente ni grita ni lleva radios escandalosas, ni juega con las palas ni da por saco en sus diferentes acepciones, podemos disfrutar del sonido de las (pocas) olas (al ser una bahía, casi pareciera un lago)

Comemos los sandwiches, bebemos las cervezas y cedemos los brownies a las gaviotas. Y en el mientras tanto, nos relajamos infinito, charlamos y disfrutamos del sol.
Antes de salir del parque nos acercamos a la zona común de duchas. Kerrie, obviamente, no olvidó el jabón ni la crema hidratante, así que salimos fresquitas, relajadas y estupendas.

Nos queda una cerveza para coronar el día perfecto, así que nos dirigimos al pueblo más cercano: Clinton.
Atravesamos el pueblo y huele a verano: barcos anclados en el puerto, bares repletos de gente, niños con helados, mercadillos... un disfrute, vamos.

Decidimos parar en Lenny&Joe, pero la cola nos disuade, así que Kerry me lleva a otro de los lugares clave en este pueblo: Bill's.
Cuando entramos descubrimos un restaurante absolutamente lleno de gente, con cola esperando a que les asienten en la terraza, donde hay una vista estupenda del río y una temperatura fantástica. Kerrie, sin embargo, piensa que es mejor que nos quedemos dentro de ese bar estilo Cheer's donde hay un ambiente brutal, uno de esos lugares donde todo el mundo conoce tu nombre.

Nos colocamos en una esquina y por supuesto le contamos a la camarera que soy de Madrid y que estoy encantada, así que en seguida nos cambia a un lugar mejor. En ese momento, una banda formada por un saxo, una trompeta, un contrabajo, un teclista y un batería que en vez del DNI se identifican con la prueba del Carbono-14 comienzan a tocar. Y lo hacen como los mismos ángeles. Es como si hubieran dejado Nueva Orleans para hacer unos bolos en Connecticut.

No se cómo en un bar tan enorme y tan lleno de gente, un hombre se entera de que soy de Madrid (creo que al final de la noche lo supieron las trescientas personas del bar) y nos guarda un sito en primera fila. Nos presenta al cantante de la banda y este nos firma un cd.



Cuando comienzan a tocar uno de mis temas favoritísimos "Georgia on my mind" Kerrie me mira y me dice aquello de "Sometimes, the perfect days, appear" y yo le respondo eso que tantas veces le escuché a mi madre: Kerrie, no sé si esto será la buena vida... pero la mala no es...

1 comentario:

  1. Ciertamente, la mala no es... afortunadamente.
    Y qué bueno que nos lo hayamos repetido en tantas ocasiones -juntos o no- aún cuando no todo sea perfecto.

    Me alegra leerte así de bien por unos y otros sitios. Disfrútalo -sigue disfrutándolo- y coge fuerzas para la vuelta que nos tendrás que contar todo.

    Besos de unos que ya están de vuelta

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