sábado, 21 de agosto de 2010

Pillow talking


Hace un par de años, cuando asistí a esa especie de campamento para que los pijos adultos aprendan inglés llamado "Vaughantown", uno de los anglos (precisamente uno que pretendía practicar conmigo algún otro idioma además del inglés)me dijo que la mejor forma para aprender un idioma era con el Pillow Talking. Esto, para los que no tengaís conocimientos básicos de la lengua de Shakespeare es algo como decir que para aprender otro idioma lo ideal es practicarlo con alguien que tenga un lugar en tu almohada.
Y yo no digo que esto no sea cierto, porque precisamente en la cama se pueden mantener conversaciones profundas (de hecho, JL sostiene la teoría de que la gente habla más y mejor cuando está desnuda... aunque es una teoría sin evidencia científica alguna, por cierto), y cuando además las mantienes con algún nativo del idioma que estás aprendiendo te ayudan siempre en este proceso.

No siempre esto es tan fácil. En mi caso tengo que encontrar alguno por aquí que esté soltero (algo complejo al menos en el pretty mundo de Durham), ligármelo, que me apetezca estar con él (más complejo aún) y que además hable inglés de negocios y consultoría que es el que más me interesa entrenar. Si a esto le añadimos que para que el tema funcione ha de haber una cierta constancia, creo que me sale más barato y más fácil irme un año a alaska que hablan un inglés raro pero que al menos es un lugar tranquilo...

Pues bien, desde que estoy aquí he descubierto que este término es utilizado por la WRCH, una emisora de radio de New Britain que escucho para titular un programa nocturno (de las noches de aquí, entre 7 y 9)

El programa Pillowtalk emite basicamente canciones de amor. Amor en todos los ámbitos: paterno/materno filial, de pareja, de hermanos, de amigos, de persona a perro, planta o lugar... variopinto total.

Y aquí viene lo especial y que tiene mucho que ver con la personalidad americana y en el cómo expresan sus emociones. En este programa los oyentes llaman y expresan lo que sienten por su hijo, su marido, su hermano o el perro de la vecina. Y en base a esto la presentadora elije un tema que pueda reflejar esto. Y os puedo garantizar que lo que se escucha es para ponerte la piel de gallina a las 7 y mantenerla hasta media noche. No caen en la falsa cursilería, se escuchan declaraciones de amor sentidas, especiales, desde el corazón. Y expresadas con esa falta absoluta de pudor que sería tan corriente en España.

Cuando yo era pequeña y Adela trabajaba en casa, me encantaba irme al cuarto donde ella planchaba mientras de fondo se escuchaba un programa de radio llamado "peticiones del oyente".

Y mientras escuchaba estas declaraciones de amor hechas "a calzón quitado" recordaba aquellas emitidas por esa radio en esas tardes de plancha: "A mi hijo Manolo, con el deseo de que el servicio militar le haga un hombre", o "A María, tu novio que no te olvida".

Según Silvia esto tiene que ver con la austera herencia castellana. Yo creo que va en el ADN, o en la educación. Pero al final tengo claro que me gustan estas expresiones de afecto. Y cada vez más... debo estar haciéndome mayor...


1 comentario:

  1. yo también veía planchar a "la Conchi", con la radio de fondo, mientras esperaba una dedicación de su novio, hoy su marido más de cuarenta años, hata que un día casi se hace pis, (cruzaba las piernas), cuando por fin la oyó. Dió una palmada, se llevó las manos juntas a la cara y exclamó un "ave maría purísima". Mi cabeza aún no llegaba a la mesita de la cocina donde planchaba.

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