jueves, 13 de agosto de 2009

Mystic Pizza



Una de las características de los viajes en solitario es que, con frecuencia, te acuerdas de alguien en un sitio especial. Yo me he acordado de todos los lectores conocidos de este blog en algún momento. Y de algunos, más de uno.

Pues bien, el pasado lunes estuve, al menos en pensamiento, todo el día con Joan y Pilar en Mystic.

Cuando antes de venirme a Estados Unidos coincidí con Charo y con Diego, Charo me dijo que tenía que visitar Mystic, un pequeño pueblo de la costa del que unicamente sabía que fue el escenario de una de las primeras películas de Julia Roberts.

Y con esta información y la recomendación de Carmen y Delia, aprovechando que el lunes el weather forecast parecía favorable (y teniendo en cuenta que aquí el tiempo es regular y me jugaba la visita), tempranito me llegué a este encantador lugar.

La primera visita recomendada: el aquarium. Probablemente hubiera podido disfrutar más si no me hubiera sentido como si estuviera disfrutando del primer día de rebajas en Harrods. Ver como una ballena hace un tirabuzón en quinta fila no mola mucho, la verdad.

Así que aprovecho que parece que sale el sol para irme en dirección al Seaport. Aparco y entro en un puerto con casitas de madera formando una especie de villa donde se reproduce la forma de vida de los primeros colonizadores. Me entero de cómo construían los barcos, de cómo utilizaban la imprenta, de cómo pescaban las ballenas, de cómo eran sus almacenes. Y pienso en Pilar y en lo que le gustan estas cosas. Y echo de menos que esté conmigo.

Más tarde me acuerdo de Joan. Cuando cojo un barquito que me da un paseo en el que me cuentan la historia de Mystic mientras yo hago fotos de todo lo que me rodea. Hasta que en un momento determinado el sol me da de cara. Y pienso que desperdiciarlo es un pecado. Y simplemente lo disfruto. Agua y sol. Perfecto.

Termino la tarde paseando. En un momento determinado veo una representación de una pequeña comedia y la veo. Sin prisa. Una escena de enredo en la que sacan voluntarios a niños del público y ellos disfrutan muchísimo. Y sus padres, más.

A la vuelta paro en un pequeño pueblo que Delia me recomienda: Stonington. Y no defrauda. Uno de esos sitios por los que pasas y sabes que volverás.
Mi GPS me hace dar mil vueltas por el pueblo así que llega un momento en que casi podría dibujar el plano, por lo que decido decirme que antes de existir Manolo en mi vida yo viajaba y llegaba a los sitios, así que decido seguir mi intuición y por una vez no me falla. En seguida aparezco, sin pérdida, en la 95N...


1 comentario:

  1. Nenita qué bien lo estás pasando!!!! la vida es bella y espero que el ingles crezca en la misma dirección que tu cuaderno de bitácora... me está gustando un montón, qué viaje tan interesante estoy haciendo de tu mano.
    Yo ahora regreso de mi viaje de Yoga a Palma y me voy camino de las Aturias con mi hiji y su chica... otro disfrute. Te quiero y te recuerdo, besos BegoñA

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